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A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia;

- Deuteronomio 30:19

Uno de los más grandes dones que Dios le ha dado al ser humano es la capacidad de elección. Este regalo nos otorga la habilidad de escoger qué hacer, y cómo sentirnos con lo que tenemos que enfrentar.

La primera elección importante es decidir servir a Cristo como nuestro Salvador y Rey, al aceptar esta verdad, todo lo demás que nos suceda tiene que ver con el propósito de Dios para nuestras vidas.

Toda situación, buena o mala, que se presenta en nuestra vida, es para que el propósito de Dios se cumpla en nosotros, y su gloria se manifieste. Depende de mí aceptar o elegir creer esto o no.

Nuestra elección depende de lo que creemos, por lo cual, es de vital importancia CREER LA PALABRA DE DIOS, y estar absolutamente confiados de que se hará una realidad para nuestras vidas. Creer la Palabra de Dios trae la vida de Dios a nosotros cuando somos iluminados por el Espíritu Santo. Entonces, en el proceso de conocer y creer, Dios nos mostrará su camino de vida, pero también el enemigo mostrará el camino de muerte; si mi espíritu es fuerte y está vivo, escogeré la vida, de lo contrario, no caminaré en el propósito de Dios y eso me hará infeliz.

Por tanto, yo elijo creer la Palabra de Dios, así que, el que comenzó la buena obra en mí la perfeccionará, el Señor cumplirá su propósito en mí, y el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida. Amén.

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